Bautizos, bodas y los horrores de esta semana

La revista HOLA viene cargadita de horrores esta semana. Pero me centraré en los más destacados, porque si no peta el sistema. 

El bautizo de Leonore, la hija de Magdalena de Suecia, no tiene desperdicio. 
El bebé ideal, como todos, pero cómo se les ocurre a la reina Silvia y a su hija llevar el mismo vestido. Sólo varía el color: una va de rosa y la otra, de celeste; una lleva manga corta y la otra, larga. Pero el resto es igual. Además, se han puesto de moda las redecillas porque las llevan ambas y alguna invitada más, que las he visto. 

Al pasar de página creía que era el aniversario de La bella durmiente o algo así. Pobre bebé, espero que sólo la pongan ahí para la foto... con las cunas tan monas y prácticas que hay en Ikea, por favor, que las pliegas y todo, y te las puedes llevar allá donde quieras. Blancas monísimas. Y eso que Ikea es una empresa sueca.

De nuestra futura Reina sólo una cosa: ¿por qué eligió una falda de lino para un acto oficial en el que tiene que sentarse y levantarse, y saludar? ¿Si todos sabemos que ese tejido se arruga mogollón? Es una pena, mirad cómo quedaba la falda: fatal.

Me paro en otro reportaje que te deja sin palabras. José Campos, conocido por ser ex de Carmen Martínez Bordiú y nada más, se casa con su novia, supongo, embarazada de siete meses. Pero alucina: ¡la boda era sorpresa, la organizó el novio por su 49 cumpleaños y hasta eligió el vestido discretísimo de la novia! Y luego se quejan de que el matrimonio no les dure.

Bueno, lo dejo, porque el resto de noticias me han tocado el corazón: Antonio Banderas y Melanie Griffith se separan. Y Penélope Cruz achucha a su hijo Leo porque juega al fútbol, por cierto, el niño lleva el pelo más largo que yo.