El Palacio Real desde los Jardinis de Sabatini. |
Igual que patearse la calle Bailén, La Cava Baja, El Almendro, la calle Arenal, la calle Mayor, la calle Preciados y Callao, la Puerta del Sol, la plaza Mayor. Tú te dejas llevar y caminas, y vas de Bailén a Callao. Y bueno, si quieres sigue por Gran Vía o por Alcalá y sube a la azotea del Círculo de Bellas Artes para flipar con las vistas de Madrid.
Un alto en el camino
Si quieres un aperitivo: el Mercado de San Miguel. Eso sí, tienes que esquivar a todo tipo de público: alemanes, japoneses, ingleses, gente joven o parejas mayores; gente del barrio o no. De todo, porque está a tope. Es parte de su encanto.Y ármate de paciencia: la caña en un puesto, el agua en otro, y el vino más allá. Con cuidado de que no se te caiga, miras y pides: cartucho de patatas fritas o de jamón ibérico, de fuet, de chorizo... delicias de Lhardy, paella, sushi, pescado o marisco a la plancha, quesos para aburrir, mozzarella, pinchos ahumados, canapés... La boca se te hace agua.
Y luego, con tu platito de papel te buscas un sitio para tomarlo: en una barra, si hay sitio, en una esquina o bien te sientas en las escaleras del mercado.
Continúas caminando y la marea de gente de lleva a la Latina, donde hay mil un bares para seguir de tapas o darte un homenaje. Ten cuidado: ¡¡¡en algunos las paellas son amarillo chillón!!! y están llenos de extranjeros. Ojo: siempre, antes de entrar, mira el público. Yo te aconsejo Los huevos de Lucio. Súper rico.
Cada uno a su rollo
Si llegas a la calle Arenal, tachán, empieza el espectáculo. La larguísima cola de los preadolescentes superperipuestos que quieren entrar en la discoteca Joy Eslava, se mezclan con tenderetes de evangelistas, mendigos y gente súper moderna. Y en Sol ya te encuentras con un mosaico de todo.
Mickie y Minnie, Bob Esponja, y mil y un grupúsculos de gente mirando al artista de turno: el mimo, el mago, el graciosillo, la flamenca que zapatea al ritmo de su guitarrista, el mulato tirado en el suelo haciendo virguerías con el balón, una pareja que simula estatuas de cobre de soldados, y otro una escultura de oro jugando al ajedrez. En fin, mil y una esculturas de carne y hueso, que aguantan sin moverse hasta que le echas una moneda y te guiñan un ojo.
Y mientras, un tullido tirado en el suelo, o el otro que sin brazos y con el vaso en la boca pide limosna. Alucinante. Y como escenario, el reloj de la Puerta del Sol, Carlos III a caballo, y las tiendas más típicas del momento: HM, Bershka, Sfera, El corte inglés, Zara, Calzedonia, La casa del libro...
A mí, qué quieres que te diga, me recuerda a la Edad Media. En la plaza mayor se daban cita mercaderes, faranduleros, barberos, artistas, pregoneros, falsos religiosos y, cómo no, el ladronzuelo de turno. Así que ya sabes: agarra bien el bolso.
Lo más
Pero aquí no acaba todo: a tu paso te encuentras con coches conducidos por turistas como estos:
O los que prefieren conocer Madrid y seguir bebiendo cerveza, en la beer bike, o sea un multitandem con barra de bar incluida.
O en las bicis de la alcaldesa, que las he visto sobre el asfalto:
Abre los ojos porque seguro que te cruzas con más de una pareja de recién casados a bordo de este tipo de coches antiguos. Es la última moda:
Y no te pierdas las limusinas de cumpleañeros o despedidas de solteros, que también están haciendo estragos:
EL GOLFO COMEDY
ResponderEliminar¡Madrid es una ciudad vibrante y llena de vida! Además de sus encantos, puedes disfrutar de excelentes monólogos en El Golfo Comedy. Un plan perfecto para una noche de risas y diversión. ¡Imperdible!