viernes, 19 de septiembre de 2014

'El tiempo de los tigres', ni fu ni fa

El tiempo de los tigres es la primera novela de Liza Klaussmann, periodista estadounidense, que ha querido retratar a una familia de clase alta de Estados Unidos entre los años 40 y 50. 




Dos primas, totalmente opuestas, cuyos maridos e hijos también lo son, se reúnen en La casa de los tigres, la mansión familiar cerca de la playa. 
 

Se lee, sí, se deja leer. Por sus constantes cambios en el tiempo, porque los personajes evolucionan, y porque encuentras pequeñas microhistorias. 

Afortunadamente, la autora no se lía con vanas y aburridas reflexiones de los protagonistas y te traslada de un escenario a otro: pasa de la Segunda Guerra Mundial al glamour de una mansión veraniega en la costa Este de Estados Unidos, y de allí a Hollywood. O te saca de una fiesta de lo más sofisticada para entrar en un camarote lleno de pulgas de un buque de guerra.   

Encuentras descripciones correctas, personajes muy bien caracterizados, y el reflejo de los sentimientos humanos: el estrechísimo límite entre el amor y el odio, el deseo y la indiferencia, el respeto y el rencor, la riqueza y la pobreza.

Sin embargo, a la historia le falta algo. Algo que enganche, que deje en suspense al lector, que te haga llorar, reír, que te encoja el corazón, que te indigne... Le falta inspirar más emociones: las retrata, pero no las provoca. 

En mitad de la novela, tiene lugar un asesinato. Pero resulta algo accesorio, ya que no está bien tratado: no provoca suspense ni apenas incertidumbre y por lo tanto no le prestas la suficiente atención. 
La historia no cuaja; acaba siendo simplemente el retrato de cinco miembros de una familia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario