Te hacen reflexionar. Como padre de hijos adolescentes La cena y Casa de verano con piscina te plantean una serie de cuestiones que mejor no verte nunca en semejante tesitura. Son, además, una crítica a la forma de vida de la clase media alta holandesa.
¿Encubrirías a tu hijo hiciera lo que hiciera?, ¿incluso si se tratara de un crimen aberrante? ¿Utilizarías tu profesión de médico para vengar la violación de tu hija, una princesa de 13 años?
En su afán por criticar a la clase media alta holandesa, Herman Koch comienza sus novelas situando al lector en la vida del protagonista: un padre de familia acomodada, de profesión liberal que le va muy bien económicamente y está felizmente casado. Tiene un hijo de 15 en la primera y dos hijas de 13 y 11 en la segunda.
Una vez que eres uno más de su universo te lleva derecho al asunto, y no te queda otra que plantearte algunas cuestiones:
¿Qué harías tú si tu hijo es un adolescente que mata a una indigente en un cajero automático? ¿Y sólo por el hecho de que al ir a sacar dinero se la encuentra allí, y al chaval le molesta y le da asco?: ¿ocultarías el hecho, caiga quien caiga?
O bien, ¿tomarías la justicia por tu mano para vengar a tu hija?
Entre cenas, copas, infidelidades, vacaciones idílicas, trabajos bien remunerados, amigos famosos, y políticos conocidos te pones en el lugar del prota, y te haces estos planteamientos: ¿Por qué los jóvenes realizan semejantes atrocidades?, ¿qué estamos haciendo mal?, ¿es culpa de los padres: los sobreprotegemos?, ¿sería mejor dejar que ellos solos carguen con sus culpas? ¿que se defiendan como puedan?
Muy fuerte.
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