lunes, 7 de marzo de 2016

Los semáforos ahora tienen sexo


Si nos ponemos en plan crítico, si vamos a pensar que hasta un semáforo es discriminatorio no avanzamos. Han llegado los políticos que prometían la igualdad social, a base de más y mejor empleo, ayudas y políticas sociales. Y ¿qué tenemos? Reinas magas, semáforos con forma de peatona y mucha provocación. 





Y yo le pregunto a Joan Ribó: "Yo soy una mujer, ¿y no puedo llevar vaqueros, pantalones de campana o bermudas?, ¿tenemos que ponernos falda por narices? Es que, claro, señor Ribó, si nos ponemos en plan crítico, también le pido yo que cambie el modelinchis del semáforo, porque no me siento representada. ¡Ah!, y cuidadito con las curvas que le vayan a poner a la muñeca, que eso sí que es un arma de doble filo. Da pie a muchas controversias sociales, desde las feministas hasta enfermedades, y graves. 
Así que mejor no meneallo, señor alcalde de Valencia, porque ¿dónde ponemos el límite?, ¿hasta dónde sí se toca la sensibilidad de los ciudadanos y dónde empiezan las chorradas? 
El selfie del concejal de Movilidad y la de Igualdad
de Valencia.

El alcalde de Valencia, de Compromís, va a cambiar los muñequitos de los semáforos, porque representan a un hombre y, claro, eso es marginar a las mujeres. A partir de ahora serán paritarios, empezará por los de la céntrica calle Xátiva e irá poco a poco. Y cuando todos sean hombres y mujeres, tendrán que poner niños, niñas y ancianos y ancianas, y algún peatón en silla de ruedas, ¿no?, pero ¿chica o  chico? ¡¡¡Buff!!!, la que has liado. 

Pues yo soy una mujer y no me siento de menos por los semáforos. En cambio, sí me siento discriminada y engañada porque no se emplee ese dinero, ni ese esfuerzo, ni esos minutos en diseñar planes de empleo para mujeres. Pero empleo de verdad. Y sin perder de vista la conciliación. Para mujeres licenciadas, o no, que se han quedado en paro y rozan la cincuentena, por ejemplo. O para mujeres jóvenes recién terminados sus estudios, que tienen derecho a comenzar su vida profesional. 
Noooo, claro que no. Eso es mucho más complicado. 
Es mucho más fácil colocar la bandera gay en el Consistorio. Pero ¿a santo de qué hay que colocar esta bandera?, ¿por qué no el símbolo de la paz, el lazo a favor de las enfermas de cáncer, o de las maltratadas o, ya puestos, la mano de Fátima? 

Y si hablamos de discriminación, ¿por qué no fue un hombre el que llevó su bebé al Congreso de los diputados y le dio allí el biberón?, ¿por qué una mujer? Claro, porque eso es cosa de mujeres; ellas tienen hijos y se ocupan de ellos. ¡¡¡Ayyyy!!! Ahí sí que la pifiasteis... 
Y ¿por qué fue Pablo Iglesias quien besó a otro hombre en el Congreso y no Gloria Elizo a Carolina Bescansa? ay, tanto provocar, tanto provocar...

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