jueves, 13 de octubre de 2016

Entre la Reina y Kiko

Hoy tengo el corazón partío: no sé a quién dedicar mis palabras, a la Reina o a Kiko. La primera por su estilo Rottenmeier y el otro por su boda, que no tiene desperdicio. 





¿Viste a doña Letizia en la cuestación de la Cruz Roja? parecía una diva. Con la cara tan perfecta, tan rellena, tan maquilladísima, tan peinada, tan retocada... tan, tan, tan. Me parece genial que luzca maravillosa y esté espléndida, que se arregle y se ponga guapa. Pero que no deje de ser ella. Que ves las fotos de antes de casarse y no la conoces. Es otra. 



La guinda la puso, un año más, en el desfile de las Fuerzas Armadas, con  su felipe varela de turno y sus complementos ad hoc, su estricto moño y sobre todo con su pose de mamá maravillosa: alternó sus sonrisas y monadas con gestos y palabras de institutriz. Cada 12 de octubre el mismo espectáculo.



Así que me paso a Kiko


No hay que nada que guste más a los Rivera (sean hijos de Carmina o de la Pantoja) que una exclusiva. Fran, Cayetano y Kiko han vendido a ¡HOLA! su boda desde antes de dar el sí quiero. Así que desde ya, tenemos otro más abonado a la exclusiva 
Y dentro de la exclusiva no hay cosa que me parezca más horrenda, que la novia en zapatillas y bata justo antes de plantificarse el vestido nupcial. 


La chica es mona: alta, rubia y con buen tipo. Se llama Irene Rosales. Y llevaba un vestido que ni regalado. De seda mikado, con lacito zapatero a la cintura, sin mangas, y la espalda con encaje y transparencia. 


Paquirrín, digo Kiko (que debe ser majísimo: todo el mundo habla maravillas de él), con chaqué oscuro y corbata combinada con el color del vestido de su madre, hizo las delicias de los invitados. 
Cantó, lloró, se emocionó, selló la paz con su hermanita Isa, reunió a su madre con sus hermanos y hasta pinchó.
Por cierto, Pantoja ha salido de la cárcel como de un spá: con la piel tersa, el cuerpo más fino y el cabello tan largo y espeso como siempre. Cualquiera diría que viene de Incosol. 



Chabelita,  con trasparencias negras, se atrevió con un discurso que arrancó las lágrimas de todos los presentes. 

Los hermanos Rivera acudieron con sus mujeres. Ya son tres. 


Y por cierto, había por ahí una prima que dicen que colabora en la televisión (yo no la he visto en mi vida) con un vestido tres tallas más pequeñas de lo que necesitaba. Se llama Anabel Pantoja, y también leyó unas palabras que emocionaron al novio. 

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