La reina del retouche vuelve a la carga: nueva exclusiva para su revista amiga, en la que desgrana todos los secretos sobre su relación con el premio Nobel. Y flipo.
¿Te puedes creer que se va a casar con el gran Mario Vargas Llosa y este no le ha regalado ni un anillo de pedida? ¿Te lo puedes creer?
Me ha costado, pero he leído la entrevista de cabo a rabo. Y he acabado con una congoja tremenda, el corazón en un puño.
Pero, bueno, Mario, ¿en qué estás pensando? ¡¡¡Menudo caballero que estás hecho!!! ¿Te has vuelto loco? No has regalado a la pobre Isabel ni una joya, ni un miserable anillo, o unos pendientes... 
Porque ella lo dice bien clarito: "No hay anillo de pedida. Mario me ha hecho muchos regalos, pero ninguna joya". Pues ya me contarás qué le has regalado a una mujer como la Preysler, que no le falta de nada: ¿unos vaqueros?, ¿un abrigo de visón?, ¿un jarrón para que coloque las flores que le envías (o ni flores)?, ¿tus obras completas? Anda, que ya te vale.
Hijo, cualquiera tendría excusa, pero a ti seguro que te harían un precio especial por contar por activa y pasiva de qué casa es la joyita en cuestión. En fin, Mario, muy mal aconsejado has estado ahí.
Además, sobre su novio dice una perogrullada tras otra. Vamos, que el premio nobel cumple con todos y cada uno de los tópicos del escritor:
Sobre cómo le gustaría a Mario Vargas que fuera la boda, ella contesta:
"Mario es un muy romántico. No le podemos preguntar, porque lo convertiría en una novela. Pero continuamente me habla de la boda".
¿Sabes lo que le enamoró del escritor? "Su inteligencia, sentido del humor, humildad,... y sobre todo las maravillosas cartas me ha escrito desde el principio".
"Si algún día escribiera sobre mí, lo haría con delicadeza, elegancia y amor".
En fin, Isabel, no te preocupes, que con estas declaraciones acabo de reconfirmar mis sospechas: ¡¡¡Tú sí que eres una joya!!! Pero, vamos, un diamante en bruto.
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