lunes, 9 de enero de 2017

‘El amor en el jardín de las fieras’

El último libro de Juan Eslava Galán es un homenaje a la amistad. Y de paso te cuenta lo terrorífica y absurda que es la guerra: los seres humanos pueden amarse y ser grandes amigos, pero también luchar a muerte en bandos contrarios.



Años 40. España acaba de pasar por su terrible guerra civil. En un país destrozado, con hambre de posguerra y cárceles atestadas llegan los alemanes en busca de ejemplares humanos de raza aria. Encuentran a Cáiser, un rubio alto de ojos azules y ancho de espaldas, de un pueblo de la Andalucía más profunda, al que le tocó luchar en el bando de los rojos. 
Parece ario, y se lo llevan a Alemania. Le hacen mil pruebas y llegan a la conclusión de que responde a las características de la raza germana más pura. Así que sólo queda adoctrinarle, enseñarle alemán y que procree con buenas chicas arias. 
Allí hace grandes amigos de todos los países, clases, credos políticos y hasta se enamora, como no podía ser de otra manera, de una chica judía. Cosas del destino, acaba formando parte de la División Azul. 

Maravillosa lección de historia 

Cáiser es la excusa para que Juan Eslava Galán nos lleve de la Sierra Morena más deprimida al Berlín de los años 40, con sus cabarets, sus restaurantes, su vida nocturna, sus toques de queda, su odio a los judíos... 
Allí, a pesar de este terrible contexto, es posible la amistad entre los hombres y las mujeres más dispares, o el amor entre parejas inimaginables: un ruso se enamora con locura de una germana en toda regla, un chico al que los nazis están lavando el cerebro cae rendido ante una mujer judía, o un aristócrata madrileño se hermana con un rojo andaluz. 

Y te planteas, una vez más, la locura, la vanidad, el sinsentido e incluso la maldad de la ideas de Hitler y de sus guerras, y te pone la piel de gallina cuando dos hombres que se quieren se ven los rostros en plena batalla y frente a frente.


La División Azul 

Eslava Galán no nos llevará a los campos de concentración. A través de este libro conoceremos La acción del lago Ilmen, una batalla en la que los esquiadores de la División Azul tuvieron que socorrer a los alemanes la Rusia más gélida, con 53 grados bajo cero. Fue en la guarnición de Vsvad, en el río Lovat, donde tuvieron que cruzar el lago Ilmen. 
Y narra, con todo lujo de detalle, cómo sobrevivieron (los que lo lograron). Se congelaban los bigotes y cejas, no sólo no podían dormir, no podían ni tumbarse un rato en el trineo: corrían el riesgo de que se les congelaran las extremidades; muerte segura. La grasa de los cerrojos de los fusiles se congelaba, el agua era un bloque de hielo al igual que la comida, pero encender el fuego para calentarlas podía delatar su posición al enemigo. Además, debían respirar despacio y con cuidado, para evitar que el aire helado dañara los pulmones.

Un libro muy real, con los toques castizos y humorísticos tan propios de este autor jienense. Y eso sí, maravillosamente documentado, como siempre. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario