miércoles, 12 de julio de 2017

Los populares de Mónaco, de boda en Hannover



Ha habido una desbandada general en Mónaco. Los guays, todos menos la madre, han viajado hasta la Baja Sajonia para asistir a la boda de Ernest de Hannover con Ekaterina Malysheva. Y claro, ha sido un despliegue de color, modelinchis y demás.


El novio es hijo del que fuera marido de Carolina de Mónaco. Del que cuentan que empinaba el codo más de la cuenta y que no pudo asistir al enlace de nuestros reyes porque estaba en la habitación del hotel con un resacón de mucho cuidado. A saber.
También decían que lo vieron haciendo pipí en la calle, disfrutando de la noche madrileña. ¿Te acuerdas ya? 

Bueno, pues este elemento se opone a que su hijo se case con esta princesa de origen ruso, pero criada en Praga y Londres. Tanto es así que ha amenazado a su hijo con quitarle todos los bienes, negocios, castillos y demás riquezas que le ha cedido en vida. 

El hijo, ni caso: ha contraído matrimonio, y por todo lo alto. Eso sí, con tanto preparativo y tanta amenaza paterna se le pasó ir a la pelu (otro más) y darse un repaso en esas greñas. Que ya le vale. Pedazo cabezón que luce el día más importante de su vida. 






La novia, muy rubia, muy rusa y muy mona. Con un vestido muy estilo princesa rusa y con una cola alucinante. Dicen que está hecho a mano; un trabajo que le llevó unos tres meses y medio al taller de su gran amiga Sandra Mansour. 

Como no podía ser de otra manera, Ekaterina adornaba su testa con una tiara alucinante: la diadema floral de los Hannover, que también lució Carolina de Mónaco en su día. De plata y oro, con diamantes a saco reproduciendo la flor de la madreselva y otros motivos vegetales. 


Los jóvenes Grimaldi acudieron en comandita. Más monos...

Carlota lucía un binomio en blanco y negro de abrigo y vestido bordados a mano. Lo combinó con sombrero, zapatos de hebilla y bolso de asa negros.  




Beatrice Borromeo, como siempre, sin un pero. Ideal, con un vestido camisero midi de manga larga verde con pequeñas flores bordadas y detalles de pedrería y con un cinturón salmón. Zapatos y clutch nude y una diadema turbante trenzada que era lo más. 
Espectacular, monísima, pero ganaría muchísimo si se diera un buen tijeretazo en su melena tan larga y tan rubia. A su lado, su marido, también perfecto ¡¡¡hasta tuvo el detalle de peinarse!!! O sea...



Pero si alguien nos ha dejado boquiabiertos
y estupefactos, ha sido la pareja de malotes: Tatiana Santo Domingo y su marido, Andrea. Él también tuvo el detalle de peinarse, además de colocarse un chaqué sencillo, como manda el protocolo, con pocos guiños de esos que tanto le gustan. Tatiana cambió completamente de look: tan acostumbrados nos tiene a verla de bohochic, que nos ha costado reconocerla vestida en plan lady: con vestido midi en tonos pastel y doble capa en salmón, con pamela y unos zapatos sencillos. Pero ¿qué les ha pasado a estos dos?


Desde luego, espectacular, guapísima, elegante, monísima. Alessandra de Osma, futura esposa de Christian de Hannover, hermano del novio del que hablamos hoy. La peruana llevaba un vestido midi en tono fucsia con bordado floral, y mangas y lazo negros, con zapatos fucsias y clucht coral. ¡¡Y detalle  importante!!: al más puro estilo de nuestros reyes, su novio combinó la corbata con el tono del vestido de ella.  
Eso sí, la peruana era la única que lleva taconazos. El resto se decantó por el medio tacón. Anda que no saben estas monegascas... 







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