lunes, 24 de julio de 2017

‘Un lugar a donde ir’, para este verano

La segunda parte de Puerto escondido, de María Oruña, es ideal para leerlo al borde del mar; bañarte y volver a cogerlo porque no te exige una concentración exagerada. Con algo de suspense, tres crímenes, un asesino al que atrapar y, cómo no, la historia de amor que comenzó en la primera parte. 




Un lugar a donde ir tiene muchas similitudes con la Trilogía del Baztán y El silencio de la ciudad blanca. Tres novelas negras, escritas por mujeres, que se desarrollan en el norte de España y en dos de ellas, la jefa es una mujer, curtida por trabajar entre hombres, (y encima en la Guarda Civil, como en este caso). Pero que no por ello ha perdido su feminidad, belleza o atractivo. 

También se desarrolla en Cantabria, y en este libro María Oruña ha querido hacer un pequeño homenaje a las cuevas de la región, más allá de las de Altamira. Se ha documentado en espeleogoía, geología, arqueología y Edad Media, y ha elegido unos personajes que estudian, viajan, trabajan y viven (y mueren) por y para ello.

Es ameno; como todo thriller engancha, y está bien planteado, contado, descrito y sus personajes muy bien caracterizados. Ahora, eso sí, según se va acercando el final los personajes se van mezclando unos con otros, y alucinas con el asesino; de todo el libro es el que menos te esperas.

La historia de amor entre el inglés dueño del hotelito y la teniente de guardia civil va viento en popa.
Recomendable hayas leído o no Puerto escondido, porque son historias independientes, y además no sufres, te entretienes, lo pasas bien y no es un tocho que pese muchísimo en tu cesta de la playa, así que ya sabes: este verano, Un lugar a donde ir. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario