lunes, 12 de febrero de 2018

Ni ‘portavoza’, ni ‘miembra’, ni feminista

Cuando los políticos pusieron de moda aquello de "ciudadanas y ciudadanos", la liaron. A partir de entonces algunas culpan al lenguaje de sus complejos. Y se están cargando nuestro idioma, la herencia de generaciones, lo que nos define. 
¿Por qué no feminiza su apellido, si tanto le molestan los vocablos masculinos? 

¿Te imaginas que tu hijo, marido, hermano, padre o amigo dijera que es periodisto, pianisto, astronauto, taxisto, guardio civil o policío? 
¿Por qué hay mujeres que dicen ser miembras, o portavozas? 
Son las políticas quienes llevan a cabo tales aberraciones. Ellas, que se ganan su sueldo por trabajar por la igualdad, no por el feminismo ni el machismo, se ponen a darle patadas al español. 

Esta manera de  destrozar el lenguaje revela falta de compromiso, de propósitos y de ideas para llegar a la igualdad social, laboral y salarial entre las personas. La violencia machista, los malos tratos y la prostitución son temas diferentes. 

Si reclamas igualdad, ¿por qué excluyes a las mujeres de un grupo de ciudadanos, si hombres y mujeres son personas, no personos? 

Una mujer segura de sí misma se siente incluida entre los ciudadanos, sabe que es miembro de una comunidad, y si en cualquier momento debiera ser portavoz de sus ideas lo haría encantada. Igual que al pediatra de su hijo le habría gustado ser futbolista o guardia civil, pero estudió para psiquiatra y después decidió hacerse pediatra. 

Estoy pelín harta de las que reclaman los mismos derechos para mujeres y hombres, pero no proponen ideas. 
Pelín harta de escuchar sandeces, como el informe sobre el impacto de género del soterramiento de la M30, que ha encargado el Ayuntamiento de Madrid. 

No tienen proyectos, ni planes de futuro, ni contratos. Nada. 
Es todo una patochada. 
Están creando, una vez más, dos bandos enfrentados: hombres y mujeres. Soy mujer, pero no voy a dejarme manipular por estas portavozas caraduras y desiguales. 
Por eso, dejadlo ya. 
Trabajad en silencio, poned en marcha proyectos, luchad contra la desigualdad en todos los ámbitos, contra el machismo, el feminismo, la violencia, los abusos sexuales, la prostitución y los malos tratos. Y dejad de enfrentarnos a los hombres.  

Porque ahora son ellos quienes dicen que se sienten atacados sólo por ser hombres. 

Soy mujer, quiero que se me reconozca igual, con los mismos derechos y las mismas oportunidades que ellos. Pero no quiero que se margine a los hombres. ¿Sabes por qué? porque tengo dos hijos y un marido. Y porque el presente y el futuro es de ambos, y nos complementamos. 

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