martes, 23 de julio de 2019

Cuatro vidas irrecuperables

Nó solo están de luto Alba de Tormes y Salamanca; todos estamos tristísimos después del terrible accidente que tuvo lugar la madrugada del domingo. Cuatro jóvenes perdieron la vida por inconscientes, por no medir el peligro y saltarse las reglas. 
Horrible.


¿Qué jóvenes estamos criando?, ¿qué tipo de seres humanos, que se atreven a conducir después de haber consumido drogas y alcohol?, ¿y encima con el coche hasta arriba de chavales?
No quiero ni pensar en los padres de estos chicos. 

Seis amigos de Alba de Tormes, entre 17 y 29 años, salieron a pasarlo bien el sábado pasado. 
Su destino: las fiestas del pueblo vecino. 
Sin embargo, a las 7:30 de la madrugada del domingo, el coche se salió de la carretera a la altura de Galisancho.
En un accidente fatal, perdieron la vida cuatro jóvenes, tres chicos y una chica de 17, 19 y 20 años. 

Horrible. 

De momento, el piloto y el copiloto, de 29 y 25 años, se recuperan de sus heridas en el hospital Virgen de la Vega de Salamanca.

Venían de fiesta, y el conductor iba hasta arriba de cocaína, anfetaminas y alcohol: dio positivo en los análisis. 

Al parecer, lo de este chico viene de lejos: había perdido los puntos de carnet de conducir, llevaba un año sin coger un coche, y lo recuperó el pasado mes de abril. 
Poco ha tardado en liarla de nuevo, pero esta vez se le ha ido la mano: además de sufrir graves heridas, va a ser investigado por cuatro delitos de homicidios por imprudencia y por lesiones. Y, para colmo, tiene antecedentes por tráfico de estupefacientes. 
O sea, una joya. 

No quiero ni pensar en sus padres y abuelos, y menos aún en los padres y abuelos, hermanos, tíos, primos y amigos de los fallecidos. 

Parece mentira que ocurra esto justo ahora. ¿No dicen que los jóvenes de hoy están más y mejor informados que nunca, que tienen toda la información en la palma de su mano, que saben más que nunca? 
El problema es que no están concienciados de los peligros del alcohol y las drogas al volante, y no son conscientes de que nunca, bajo ningún concepto, deben conducir ni subir en un coche cuyo conductor haya consumido.

Mejor llevarse una bronca, un castigo, una charla de los padres. Llegar tarde, dormir en el coche o lo que sea con tal de proteger la vida y la de los amigos. 
Es mucho lo que se juegan. 

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