miércoles, 3 de julio de 2019

Victoria Federica, a la zaga de Froilán

Cuidado, ¡por favor!, cuidado. Dejad un poco en paz a Victoria Federica. Flaco favor le estáis haciendo, revistas del corazón: nos estamos empachando, ¡tanto y tan seguido!



Antes de que cumpliera su mayoría de edad se dejaba ver ante el resto de los mortales de higos a brevas. Con su abuelo en los toros, con su madre en la hípica y con su padre en alguna salida. Y gustaba, porque aparecía de vez en cuando. Discreta, sonriente, y hasta se mostraba un pelín tímida. 

Pero desde que es mayor de edad la tenemos hasta en la sopa. 
Ya se encargan las revistas de sacarla cada semana. La vemos constantemente de picos pardos, en Sevilla y en Madrid; de fiesta y en los toros; por la noche y por la tarde; con amigos, con su novio torero... Sin parar. 

Como todo el mundo opina, ya hay quien dice que vaya vida licenciosa lleva, que no estudia, que en el mes de mayo, cuando todos los chicos de su edad están preparando la evau o lo que toque, ella, ¡hala!, por ahí: que si la feria, que si su fiestón de puesta de largo con el archifamoso Juan Magan, que si el cerdito vietnamita envuelto en una bandera de España, que si su madre no puede más. Hay hasta quien dice que va a hacer bueno a Froilán. ¡Habladurías!

Al parecer la pobre doña Elena intenta pararle los pies, e incluso le ha llamado la atención por salir enseñando el tirante del suje. Pero eso no es nada comparada con la última bomba, ¿lo sabes ya? ¿No?

Pues cuentan que Victoria Federica le ha dicho a su madre que, agárrate, ¡¡¡¡quiere IRSE A VIVIR CON GONZALO CABALLERO!!!!
Ayyyyy, Pobre madre, pobre hija y pobre novio.
Con lo formalita que parecía. Está claro que todo es ponerse. 

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