lunes, 16 de septiembre de 2019

‘Piojo’

Un novelón. 
A lo largo de sus menos de 200 páginas Esteban Marino nos lleva a una barriada marginal al sur de Madrid, donde camellos, drogatas, mafiosos, clanes gitanos y familias obreras sobreviven como pueden. 
  

Buenísima. Dura, cruda y muy realista. 

Piojo es la narración en primera persona de cómo un chaval pugna por salir adelante en un barrio obrero donde la droga campa a sus anchas. Un chaval que se cría en el seno de una familia numerosa con apenas medios: una madre que friega escaleras; un padre, que reparte su tiempo entre la fábrica donde trabaja y la cantina donde se emborracha, y un hermano víctima de la droga. Un chaval que llegará a convertirse en alguien dentro de su barrio. 


En realidad Piojo es el retrato de la España de los últimos 20 años, contada por un quinqui, que pasó por todos los escalafones de la droga y la delincuencia hasta convertirse en un personaje social a base de chanchullos, amaños, sobornos, corrupción política y judicial. Gracias a la especulación, los paraísos fiscales, y los pelotazos llegó a lo más alto para caer en picado en la terrible crisis de 2008.

Piojo está bien escrito. 
Se trata del diario de un joven de poca cultura, que escribe como piensa y piensa lo que escribe. 
Tiene un ritmo ágil y fluido, que te mantiene despierto sin perder el interés. 
Con frases cortas, pensamientos sencillos y rápidos, y descripciones maravillosas: te mete de lleno en el mundo de un barrio obrero, con jóvenes de melena rizada, vestidos con chándal, o Lois pitillo y cazadoras vaqueras, con coches tipo Opel Astra desde los que Los Chuguitos cantan a todo tren. Y ellas, con mallas ajustadas, marcando curvas. 

El narrador es tan bueno, que a pesar de ser un delincuente, un camello sin piedad, de lo peor de la sociedad, lo acabas queriendo,  te encariñas con él. Dentro de su maldad, tiene sentimientos y bondad. Como él mismo cuenta: a pesar de haber conocido a lo peor en el mundo de la droga, a delincuentes, traficantes, y lo que se supone que es lo más bajo de la sociedad, cuando conoció a algunos políticos y abogados se dio cuenta de lo que es de verdad no tener honor ni dignidad, de lo que es la maldad, la codicia y la ruindad.
Es un libro duro y realista, pero a la vez maravilloso. Es simple y, también, complejo. Parece que lo cuenta un hombre sin alma y sin prejuicios pero para él lo primero es su familia, su mujer y sus hijas. Parece que es un analfabeto, pero ha leído Colmillo blanco, Siddharta, y a Charles Dickens, por ejemplo. 

Piojo es pequeño, pero da para mucho. 

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