Con permiso del COVID 19 voy a cambiar de tema y os voy a recomendar un libro: ¡¡¡El lazarillo de Tormes!!!
Nunca es mal momento para volver a los clásicos y este de la cuarentena resulta tan bueno como cualquier otro.
¿Recuerdas aquel libro que tuviste que leer con 15 años? Pues yo he regresado a sus páginas para saborear la picaresca en su novela más auténtica, y acompañar a uno de mis hijos en casa/colegio.
Confieso que he tenido que releer algunos tratados: no sé si por esta situación que estamos viviendo, que dificulta la concentración.
Y lo cierto es que al final me ha gustado más que en la época de colegio.
Tiene mucho encanto, con ese maravilloso lenguaje, que te obliga a leer despacio y concentrada. Porque cada tratado esconde una crítica feroz a la España y la sociedad del siglo XVI.
El prólogo es una muestra de lo que vendrá más adelante. Eso sí, léelo despacio: el lenguaje poco tiene que ver con el actual, así como sus personajes (nombra a Plinio y a Tulio), la forma de vida, los episodios...
De sus siete tratados me quedo con el primero, que es genial, pero ninguno tiene desperdicio.
Magistralmente contado a modo de diario, Lázaro se busca la vida sirviendo a distintos amos, que serán la excusa para que el autor critique la parte de esa España que representa cada uno.
El protagonista refleja la sociedad del siglo XVI: un niño abandonado, que trabaja para distintos amos, más pobres y pícaros que él. Aprende de ellos, y por ellos, a engañar, a sacar un currusco de pan o una uña de vaca con los que callar las tripas. Aprende lo dura que es la vida y lo asume con dureza a la vez que va madurando.
Parece un chico sin valores ni decencia, pero te asombras porque a veces critica abiertamente a su amo.
Es, además y sobre todo, un ejercicio de comprensión lectora... a nuestra edad. Te lo aseguro.
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