lunes, 2 de marzo de 2020

‘Luvia fina‘

Genial. Con una prosa magistral y narrada de maravilla, la última novela de Luis Landero te viene a contar que no hay una verdad, hay tantas como palabras pronuncia cada individuo. 






Ya lo dijo Ramón de Campoamor: "En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira". 


Y la última novela de Landero va a más allá: en esta vida nada es de una manera o de otra; todo depende de quién te cuente tal episodio o te hable de cualquier persona. Todo está sujeto a la percepción de cada uno. 



Lluvia fina es la historia de una familia, pero realmente es la historia de la verdad: no existe la objetividad, cada suceso y cada persona inspira unos sentimientos diferentes a cada uno. 

Hay tantas verdades como personas en el mundo y tantas caras de un ser humano como personas lo conocen y hablan de él. Cada uno tenemos mil y una aristas y por eso nunca se acaba de conocer a la persona con la que convives. Nunca: depende de la palabra.

Dos hermanas, un hermano y una madre (quien según uno se desvive por sus hijos y trabaja de sol a sol para sacar a la familia adelante y para las otras es un mujer fría, tacaña, dura, despiadada, ruda...) forman una familia en la que, sin darte cuenta, Landero te mete de lleno.

Y te mete en la familia gracias a las llamadas telefónicas que cada uno hace a la cuñada para contarle sus penas, sus vivencias, su pasado, para hablar de la familia y los episodios de su niñez. Es una historia cuajada de envidias, rencillas, tristezas, sueños rotos, deseos por cumplir, culpabilidad, amor, odio, diversión, asco pecado... 

Para mí es un homenaje al ser humano; a la capacidad de ver ciertos detalles de cada persona; a las familias, donde cada uno crea su propia historia. Sobre todo. es un homenaje a la subjetividad;  un canto a la palabra de cada uno. A la propia historia. 

Y me ha gustado muchísimo. Cien por cien recomendable. 


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