Vuelve. Y lo hace pisando fuerte. Con beso incluido, una declaración de amor en toda regla, como muestra esta imagen de EFE.
Este fin de semana ha tenido lugar la Universidad de Otoño de Podemos. Allí se han reunido los miembros del partido para reflexionar sobre su situación y, si cabe, empezar a ponerse las pilas ante el periodo electoral que se avecina. Como colofón, en el Teatro Coliseum de Madrid se celebró el acto de clausura, donde intervino el exsecretario general.
Hay muchas explicaciones al regreso de Iglesias, entre ellas que la pareja de Irene Montero está viendo las orejas al lobo al comprobar el tirón de Yolanda Díaz, cuya popularidad está subiendo como la espuma así como la confianza y el apoyo que le presta el gobierno de Pedro Sánchez, además de demostrar que es capaz de volar sola, que tiene ideas y ambiciones propias
Esto ha provocado que Pablo Iglesias se vea obligado a tomar cartas en el asunto y declarar que la izquierda sin Podemos no es nada: "¿Quién piensa que le puede ir bien en las generales si a Podemos le va mal en las municipales y autonómicas? Hay que ser estúpido".
Dicen que estas palabras están dedicadas a la ministra de Trabajo, quien ha creado Sumar, la plataforma electoral con la que la vicepresindenta tiene en mente presentarse a las generales, al margen de Podemos, pero no a las autonómicas ni municipales.
Y esto no ha gustado nada al cabecilla de Podemos ni al resto de miembros del partido. Y para demostrar que está más vivo que nunca, sella su discurso con un beso con Irene Montero, otra de las ministras de Sánchez.
Allí, por todo lo alto, con todas las miradas puestas en ellos, sin cortarse un pelo, para que se vea bien que de momento siguen juntos, que Pablo Iglesias tal vez recupere su sitio –si es que alguna vez lo abandonó–.
Pelín de vergüenza ajena y repelús sí que da. Mira la cara de ella.
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