miércoles, 24 de junio de 2015

Nobel y reina de corazones: romance del verano

¿Qué creías que se iba a quedar viuda per secula? La filipina más chic del universo ha encontrado un nuevo amor. Tiene hechuras de caballero latino y labia de Premio Nobel. De lujo.








¿Qué quieres que te diga? Que la realidad supera la ficción: un hombre que roza los 80 años, y siente que un nuevo amor llama a su puerta, no va a dejar pasar la oportunidad. Así que aunque lleve 50 años casado con su prima, corta por lo sano. Sanseacabó. Vamos, hombre, vas a dejar escapar a la Preysler. Ese pedazo de señora, que tiene 64 añitos pero representa 24.

Tú, que eres todo un señor, con esa facha y esa fama de rompecorazones, y encima culto, forrado y estupendo. ¿No decían que ella estaba destrozada por el fallecimiento de Boyer? Pues ahí está Vargas Llosa para sacarla del hoyo.
Dicen que se conocieron en 1986 cuando ella le entrevistó para la revista ¡Hola! No me extraña que el romance no cundiera: muy guapa, muy elegante y muy estupenda, pero ¿¿entrevistas?? para algo existe la carrera de Periodismo. 

Recientemente se volvieron a encontrar en una fiestuqui que organizó Carlos de Inglaterra con la flor y nata de Porcelanosa (Finito de Córdoba y señora, no te digo más), y allí ya no pudieron escapar el uno de la otra. 
(Digo yo que qué pinta un hombre como Mario Vargas Llosa en este tipo de saraos. Lo que a un Nobel le va son tertulias literarias, conferencias, óperas, fiestas más tipo cultura). 

Desde entonces se les ha visto salir a comer, a cenar. Pero ¡¡¡si la Preysler ni come ni cena!!! Ay, que a este ritmo va a dejar de ser la reina del glamour. Cuidado, Mario, que la Preysler no es de carne y hueso.




 
Me encantan sus libros. Son maravillosos. Con grandes dosis de violencia, de sexo, e incluso de crueldad, con descripciones maravillosas, personajes de toda índole perfectamente caracterizados. Me encantó La fiesta del chivo y Travesuras de la niña mala, así como El paraíso en la otra esquina, con sus dos historias paralelas, tan dispares pero tan unidas. Sin embargo, se me hizo largo larguísimo El sueño del celta, con el que se alzó con el Nobel; a partir de la segunda parte me costó continuar. 
El héroe discreto aún no lo he cogido. ¿y tú?, ¿lo has leído?
















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