viernes, 19 de junio de 2015

Bailar también hace equipo

Una cosa es bailar en clase, en casa o entre amigos y otra muy diferente hacerlo sobre un escenario. 
Y una cosa es bailar por primera vez y otra hacerlo por segundo año consecutivo, ¿o no? Y eso, sobre todo, se lo pregunto a mis compañeras. 







Después de dos cursos con una profesora encantadora, paciente, divertida, que riñe lo justo y súper dulce, aprendes mogollón. 

La tarde del miércoles, en el Centro Cultural de Sanchinarro, en Madrid, fue la tarde del baile.
Y volvimos a subirnos a un escenario. Esta vez para bailar los tangos de El lerele, de El Trini. Maravillosos. Con mucho ritmo, el compás muy marcado, y los tiempos también, porque lo que tú tenías que hacer era contar los tiempos y mover las caderas con arte.

A ver: ¿¿¿quién se acuerda de cuántos tiempos tienen los tangos flamencos???, ¿¿¿y las alegrías??? ¡¡¡Que es de este curso!!! Mamen y Eva seguro que lo saben. 


¿Te imaginas elaborar seis coreografías diferentes?, ¿y además enseñarlas a unas alumnas que saben algo, a otras que ni idea y otras que pichi pichá?, ¿y pensar los atuendos de cada grupo?, ¿y lograr que salga bien? Pobre Mercedes, la profe. 


¿Y si en mitad del curso a una de ellas la operan de juanetes, y luego vuelve y se reengancha a la clase?, ¿y si otra abandona el grupo porque tiene que viajar a ver a su madre que vive en Miami?, ¿y si llegan varias nuevas en mitad del curso? ¿Y si además a otra chica le toca hacer dos bailes la misma tarde porque una bailaora de otro grupo no pudo asistir? 



Pues aun así, triunfamos. 
Todo nuestro grupo con Mercedes, nuestra míster.
Sí, la foto podría ser mejor. 
Y si no, a ver: ¿por qué maridos, madres y padres, hijos, hermanos, sobrinos, primos, amigos y muchísimos conocidos aplaudieron a rabiar y decían "bravo, muy bien, muy bien"???








Tanto como el deporte 

Quien dice bailar, dice cantar, hablar en público, jugar un partido de algo, recitar... Y quien dice escenario, dice en familia, de trabajo, entre vecinos... El caso es que no sólo es recomendable por lo que tiene de reto personal, también porque fomenta espíritu de equipo. 

Una ha cosido los picos, otra ha dedicado su tiempo a comprar los complementos y otra el regalo para la profe. Una graba los vídeos de clase para que las que faltan los vean, otra suelta el chiste en clase. Incluso la que no ha podido bailar lleva el tentempié para antes de la actuación, y la más coqueta la barra de labios. 




Y hay más: las que tuvieron que abandonar el equipo por trabajo, salud, traslado... reservan esa tarde para ver a su grupo. 
Entre todas lo han logrado y lo volverán a lograr. 
Sois unas monstruas ¡¡Qué arte!!! Igualitas que un equipo de baloncesto, con la míster y todo. 
El día después, nuestra profe con algunas miembras del equipo,
para cambiar impresiones. Eso sí: TOMANDO UN CAFÉ

2 comentarios:

  1. Enhorabuena señora Rocío por esos 2 años flamencos!! eres la campeona del entusiasmo y esa es una virtud excelente!!

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  2. Gracias, Laura. Para entusiasmarse con algo hay que sentirlo, ¿verdad?

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