No es lo mismo decir "los presos de ETA" que "los terroristas de ETA" o "los asesinos de ETA". Mal no, fatal vamos, si no llamamos a las cosas por su nombre.
Si en lugar de decir "los presos de ETA", Íñigo Errejón hubiera dicho los asesinos de ETA, todos estaríamos de acuerdo.
Pero, claro, la demagogia es una arma más de los políticos. Y como el español es un idioma rico en vocabulario y giros verbales, cualquiera logra dar el sentido deseado a una frase utilizando unas u otras palabras.
Porque una cosa es hablar de los familiares de unos presos y otra, y muy diferente, de los familiares de unos asesinos, de unos terroristas. De aquellos que han puesto coches bomba, que han matado, han asesinado a sangre fría, han destrozado vidas, familias, han dejado huérfanos, han hecho mucho daño, mucho. Han provocado dolor, sangre, mutilaciones, han destrozado infancias, juventudes, madureces, matrimonios, familias. Sueños y vidas. Y todo, por odio. Por un odio gratuito.
Y todavía el copiloto de Podemos dice que los familiares de estas bestias "pagan una pena adicional". Pero no lo pilla, no: la política de dispersión no es una pena para los familiares de estos asesinos; es una pena para los asesinos.
Pero y ¿qué pasa con los familiares de las víctimas?, ¿ellos qué pagan?, ¿qué pasa, que ellos no cuentan? y ¿por qué no cuentan?, ¿eh, Errejón? Dinos: ¿por qué no cuentan las víctimas de ETA?
Por algo tan sencillo como que los familiares de los asesinados por ETA no pagan una cuenta adicional, pagan una pena elevada la infinita potencia y durante toda su vida.
Lo peor es que aún se atreve a asegurar que esto no es un razonamiento político sino humanitario. ¿Te lo puedes creer?
Pero, claro, la demagogia es una arma más de los políticos. Y como el español es un idioma rico en vocabulario y giros verbales, cualquiera logra dar el sentido deseado a una frase utilizando unas u otras palabras.
Porque una cosa es hablar de los familiares de unos presos y otra, y muy diferente, de los familiares de unos asesinos, de unos terroristas. De aquellos que han puesto coches bomba, que han matado, han asesinado a sangre fría, han destrozado vidas, familias, han dejado huérfanos, han hecho mucho daño, mucho. Han provocado dolor, sangre, mutilaciones, han destrozado infancias, juventudes, madureces, matrimonios, familias. Sueños y vidas. Y todo, por odio. Por un odio gratuito.
Y todavía el copiloto de Podemos dice que los familiares de estas bestias "pagan una pena adicional". Pero no lo pilla, no: la política de dispersión no es una pena para los familiares de estos asesinos; es una pena para los asesinos.
Pero y ¿qué pasa con los familiares de las víctimas?, ¿ellos qué pagan?, ¿qué pasa, que ellos no cuentan? y ¿por qué no cuentan?, ¿eh, Errejón? Dinos: ¿por qué no cuentan las víctimas de ETA?
Por algo tan sencillo como que los familiares de los asesinados por ETA no pagan una cuenta adicional, pagan una pena elevada la infinita potencia y durante toda su vida.
Lo peor es que aún se atreve a asegurar que esto no es un razonamiento político sino humanitario. ¿Te lo puedes creer?
Y lo mismo Pablo Iglesias: "Es un trágico problema político que aún haya entre 400 y 500 presos retenidos en cárceles a cientos de kilómetros de sus familiares". Estas han sido sus declaraciones en una entrevista para la revista británica New Left Review. Aunque, eso sí, asegura que la traducción no es exacta, que no tomó el sentido de lo que quiso decir.
Este es el partido que defiende a los ciudadanos, pero ¿qué ciudadanos?: ¿los que matan o las víctimas?
Porque, para colmo, Pablo Iglesias asegura que algunos utilizan el dolor de las víctimas para ganar votos. Pero ¡¡¡qué morro!!! Es como si otros dicen que ellos utilizan el dolor de los desahuciados para ganar votos.
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