miércoles, 7 de mayo de 2014

La madre en la Primera Comunión

Hace 15 días iba de sobrada, en plan "yo soy la más serena del mundo y lo tengo todo súper organizado". Ahora reconozco que estoy de los nervios. ¡Siiiiiii! De los nervios, y ya ni la valeriana por la noche hace efecto: mi hijo hace la Primera Comunión de aquí a tres días. ¡Y es todo un acontecimiento! Tres días. ¡No puedo!



No es una boda. Ya, eso lo sabemos. Pero se trata del acontecimiento más importante en la vida de tu hijo desde que tiene uso de razón. Y si te pones de punta en blanco para la boda de tu prima, imagínate en este caso. 
Dicen las que ya han pasado por esto que marca un antes y un después, que notas un cambio tremendo: los descubrimientos que hacen, sus comentarios, sus preguntas, sus respuestas... Van perdiendo esa inocencia infantil. 

En fin, que hay que intentar estar monísima, dentro de tus posibilidades: empiezas por el vestido y ya no sabes ni dónde acabas. 


El modelinchis 


A la hora de elegirlo, mejor ir acompañada de:

  • otra mujer
  • que tenga paciencia 
  • buen gusto o similar al tuyo 
  • con confianza, para que opine sin cortarse un pelo
  • que tenga tiempo, y ganas
Yo fui con una de mis hermanas y ha sido una estupenda consejera. 

Lo malo de empezar pronto es que nunca estás convencida y si sigues viendo cosas siempre encuentras algo que te gusta más, por eso lo de la paciencia de la acompañante.

Yo, sin ir más lejos, lo he cambiado tres veces. Al final, me quedo con un vestido de lentejuelas crudo, y la chaqueta,  de punto y del mismo tono, tipo envolvente, se quedará en el armario. Porque anuncian más de 30 grados. ¡Bien! 

También hay quien se compra el conjuntinchis con 15 días de antelación, y 48 horas antes empieza a dudar. O sea, que da igual tarde o pronto, creo que es genética femenina lo de cambiar el modelinchis una o dos veces. 

¿Los zapatos? Sandalias de taconazo. ¿Que si las he cambiado? Pues dos veces, sí. No soy mucho de bolso y zapatos a juego, pero me he hecho con una cartera de serpiente, igual que las sandalias.

Medias, descartadas por dos motivos: el color justo es dificilísimo de encontrar, o blanquean o parecen piernas de mulata. Pero lo peor es la cinturilla, porque la de las medias de vestir es muy fina y se clavan: acabas con dolor de tripa, hinchadísima, súper incómoda. O me pongo morena o me paso la toallita autobronceadora. Listo. 

Las charlas


Uno de los temas de conversación a la salida del colegio ha sido el vestido que vas a llevar, los zapatos y el bolso. Y ya no hay que imaginarlo: ¡todas las madres llevan una foto en el móvil del modelinchis en cuestión, todas! Y si no, te mandan la foto por whastapp con los complementos, incluidos pendientes... Y así puedes estar media hora, con detalles y más detalles y siempre acabas con la sensación de que hay algo que falta. ¡Horror!

Eso está atado. Pero ahora vienen los preparativos de última hora:


Las uñas


Las uñas, de pies y manos, del mismo color y que no se maten con el vestido. El jueves toca, y me voy a hacer esmaltado permanente (flipo con las cosas que inventan: no vaya a ser que del jueves al sábado tenga un percance). 


La cara


Se trata de tener buena cara y no ir como una puerta, y las ampollas de Germinal no sé yo si van a poder con todo. Así que voy a probar la radiofrecuencia: dicen que relaja, elimina alguna línea de expresión, te deja la piel tersa y sin rastro de estrés. Os lo contaré, porque eso toca el viernes. 

La pelu

El sábado a las 9 toca pelu. Y como no es plan de ir tú sola con tus nervios, mejor con otras amigas que estén pasando por lo mismo. Yo voy con dos amigas, madres de Primera Comunión y vecinas; mejor imposible. Porque con ellas me río y charlo, y está claro que si te desahogas se te quitan los nervios. 

Afortunadamente la ceremonia es a las 11 y hay que estar al menos media hora antes para las fotos, con lo que te evitas el maquillaje en la pelu, los masajes y demás. 


Importantísimo, que no se me olvide: 

Hacer una lista el viernes por la noche en la que figure todo lo que tengo que meter en el bolso o donde sea: 
  • Kleenex
  • Recordatorios
  • Papelito para leer en la ceremonia 
  • Toallitas para los niños 
  • Caramelos de menta 
  • Brillo de labios 

  • Y no sé qué más. ¿Qué más?, ¿qué más? ¿Tú qué llevaste? 




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