Abro el HOLA y alucino: no sé si es de esta semana, de hace un mes o de la semana pasada. Otra vez el aniversario de los Príncipes, ¡qué matraca! Y más de la Champions, ¡qué agotamiento! Pero si ya estamos con la mirada puesta en Brasil.
¡Ah!, claro, que Isabel Preysler y sus niñas estuvieron en el estadio Da Luz. Ya lo pillo.
Pero hay una noticia que me deja boquiabierta, y me lleva a pensar que la revista no puede ser de esta semana: en mi vida he oído algo parecido.
Chabelita, la hija de la Pantoja, a quien acaba de hacer abuela por segunda vez, se ha operado el pecho para ponerse unas cuantas tallas más. Sí, ahora, que acaba de tener un bebé. ¿Lo puedes creer?
No entiendo nada. Si su hijito no habrá cumplido ni tres meses. Y justo en esa etapa estás con el subidón de la leche y lo último que te apetece es que te pongan más pecho aún y te molesten con protésis y anestesias y vendas.
En fin, que para ser famoso hay que valer. Tanto para ser súper famoso o un poquitín de nada. Y la hija de Isabel Pantoja lo tiene claro: quiere un físico espectacular pese a quien pese, incluso a ella misma. Olé.
Pero la chica quería más. Quería hacerse, además, una abdominoplastia, es decir quitarse la tripa. Sin embargo, el cirujano le ha aconsejado esperar un poco tras su reciente maternidad. ¿Y el pecho sí? No entiendo nada.
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