Grande de España 14 veces, con 40 títulos nobiliarios, además de un sinfín de condecoraciones y títulos honoríficos. Una gran señora, porque ella era eso y mucho más.
Con la Duquesa se va una grande de España, pero grande en muchos sentidos. Destacaba por su caridad, su humanidad y su interés por los demás. Por ser una enamorada del flamenco, los toros, la semana santa y su queridísima Sevilla. Pero no podemos pasar por alto su locura por el arte, la cultura, el cine, la pintura, la arquitectura; ha mantenido el legado de la casa de Alba con una gran colección pictórica que va desde Fra Angelico hasta Zuloaga, pasando entre otros por obras de Tiziano, Ribera, Rubens, Zurabarán, Goya...
Era independiente, rebelde, bohemia, y se puso el mundo por montera cuando quiso.
Por eso se merece los respetos de todos y más ahora, que nos quedamos huérfanos de los mejores.
Ojalá que su recuerdo sirva para que algunos recapaciten un poco en esta crisis de valores que estamos viviendo en España.
Cuando yo trabajaba en Diezmi (años ha), mil y un famosillos del tres al cuarto ni miraban a los periodistas. Sin embargo Cayetana Fitz-James Stuart siempre se paraba cerca de nosotros para contestar cualquier cosa, con educación y su estilo único.
Más allá de sus estilismos, era una mujer elegante. Descanse en paz. Y mil olés por ella.
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