jueves, 13 de noviembre de 2014

Flipa: ¡¡¡De excursión con el cole!!!

¿Has ido alguna vez de excursión con la clase de tu hijo?, ¿y con todo el curso? Pues es una experiencia enriquecedora, y por supuesto agotadora. 


¿Quién dijo deberes, baños, cenas y la hora de meterse en la cama? Eso no es nada comparado con lo que es irse de visita turística por Madrid con 80 niños de seis años. Pero nada. 

El primer punto

Te da una pereza espantosa. Pero muuucha pereza. El niño te lo pide, te lo pide y te lo pide, a ti se te ablanda el corazón y si puedes cuadrarlo, te lías la manta a la cabeza y piensas: "En fin, tampoco es para tanto. Una vez y ya". 

Segundo punto 

Lo que está claro es que al peque le hace ilusión. Para él es un planazo que su  madre (o padre) vaya con él, y con sus profes y amiguitos, de excursión. Y así es: hasta el mayor de mis hijos dijo: "Qué suerte, te vas de excursión con mamá". 

Paliza de las buenas

Si te apuntas es para contribuir y no para quedarte de miranda. Que si uno corre detrás de las palomas, que si el otro se queda atrás porque se cansa, que si uno quiere comer, que si al otro no le gusta el bocadillo, que si uno quiere ir con otro compañero, que si el otro le arrea una patada al de al lado y que si uno se hace pis, y el otro caca. Y tú, vigilando al grupo que te ha tocado para que no se pierda ni uno. 

En acción

Pero ya que vas le sacas su jugo, que es mucho: ves cómo se relaciona tu hijo.
Conoces a sus amigos, a sus compañeros y a sus profes.
Y sacas tus conclusiones: si es más infantil, o más maduro que el resto, si está bien en clase, si se ríe, si tiene muchos amigos... En fin, que le ves en acción. 
Y te mondas con las ocurrencias de los niños: ¿sabéis que uno de ellos tiene un pueblo de 30 metros cuadrados? Eso me contó. 

Flipas con los profes

Los profes de tus hijos son importantísimos en su vida: pasan con ellos muchas horas al día y les educan y ayudan a ser alguien en el futuro, pero alucinas con el trabajo que conlleva sacarlos de excursión.

En total 80 niños desde las 9 hasta las 5 de la tarde fuera del colegio. Y cada uno es diferente, con mil y una necesidades, caracteres, caprichos, inquietudes... Y los profes, ahí, al loro para que luego todos vuelvan contentos, sanos y salvos. 

El detalle feliz

Cuando vas por la calle con esa tropa de niños, la gente con la que te cruzas sonríe. Los mira y sonríe. Porque son niños; inocentes, ingenuos y felices... y más, si están de excursión.

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