lunes, 17 de noviembre de 2014

'El abogado de pobres', de lo más actual

Poderosos corruptos. Falsificaciones y robos. Chantajes. Abuso de poder y manipulación de la justicia. ¿A que parece que hablamos de la actualidad en España? Pues es la trama de El abogado de pobres, de Juan Pedro Cosano.  




En la muy noble y muy leal ciudad de Jerez de la Frontera, durante el año del Señor de 1752, Pedro de Alemán es un joven abogado de pobres. Con gran tesón, la verdad por delante y grandes escrúpulos morales, trabaja por la justicia para los desfavorecidos. 

A la vez que te sumerges en la corrupción de los alguaciles y de los nobles, de los caballeros veinticuatro, de algún que otro sacerdote, aprovechas para salir de paseo por Jerez, por sus calles, plazas, iglesias, conventos, cuadros de Zurbarán, así como tabernas, bodegas, estudios, bufetes, casas humildes y palacios... 


Una delicia de libro 

Bien documentado, con el lenguaje de la época, lleno de descripciones y con personajes perfectamente caracterizados. 
A medida que lo lees te invade una sensación cuando menos de tristeza, indignación y pánico: ¿en qué hemos avanzado desde el siglo XVIII? ¡Voto a bríos que en muy poco!

Las últimas palabras del abogado de pobres dan mucho que pensar: "¿Por qué se condena a unos y se consiente la impunidad de otros? ¿Por qué puede el poder más que la justicia? ¿Por qué no es la justicia igual para todos? ¿Por qué es la justicia un títere cuyos hilos manejan los poderosos?". Que se lo pregunten a La Pantoja, que aún no ha entrado en la cárcel; o a Urdangarín, que está en Ginebra con su mujer tan contentos; o a los altos cargos de las tarjetas opacas, de los ERE, a los Pujol... 

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