martes, 21 de abril de 2015

El horror del niño de 13 años y demás


Qué depresión. 
Ni la primavera te quita el mal cuerpo que tienes con lo que ves en las noticias, lees en el periódico y oyes en la radio. Qué espanto, estamos locos ¿o qué? 

Un niño de 13 años se carga a un profesor, hiere a cuatro personas y dice que quiere matar a más. 
Al más puro estilo estadounidense. Con una ballesta y un puñal y vestido de camuflaje. Tragedia total. Pobre profesor y pobres malheridos, pero también pobres padre y madre del niño. Se preguntarán qué han hecho para que su hijo llegue a eso, y a lo mejor no han hecho otra cosa que trabajar e intentar que sea feliz.  

Unos psiquiatras dicen que es un brote psicótico. Otros, que 13 años es una edad muy temprana para desarrollar una enfermedad mental grave. Que el niño vivía una situación traumática; se sentía ridiculizado, nada valorado y que decidió vengarse de quienes lo humillaban. 

Pero para que un niño de 13 años llegue una hora tarde al cole, armado y con el plan establecido tiene que haber detrás algo más que un trauma.
Porque en la adolescencia todos nos hemos sentido incomprendidos, solos, demasiado protegidos, muy vigilados, ridículos, no queridos... Está claro que algo más tiene que haber.


Y luego ves lo de Rato

Uno de los históricos del PP, que parecía un valor seguro, que contagiaba honestidad y confianza, que transmitía seriedad. Y mira: investigado por blanqueo de capital, alzamiento de bienes y delito fiscal. Anda, atrévete tú a no pagar una miserable multa o el IRPF y ya verás qué pasa.


El drama de los inmigrantes 

Cada día mueren inmigrantes que, hostigados por las mafias de su país, creen que van a encontrar la tierra prometida en Europa y lo que hallan es la muerte en sus aguas.


Y además te hartas de leer sobre...

Podemos y su obsesión con Venezuela; Grecia y su búsqueda de liquidez por todo el país; el Estado Islámico y la cantidad de países y seres humanos que tiene amedrentados...

Deprimente. Y para colmo, dos españoles y cinco turistas más, que disfrutaban en Punta Cana de unas (seguro) merecidas vacaciones, fallecen a bordo de una avioneta, que se estrelló contra un árbol y acabó incendiándose.

Bueno, no sigo. Prometo buscar noticias llenas de felicidad y te las cuento otro día.  

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