miércoles, 14 de octubre de 2015

Qué mal viste la familia real de Suecia

El hijo de Magdalena de Suecia, el príncipe Nicolás, acaba de ser bautizado. Una ocasión más para ver de cerca lo mal que viste esta familia. 



Iban todas horrorosas, para echarse a llorar de feas que iban. Y digo ellas, porque los hombres lo tienen chupado, con el uniforme de gala o de chaqué resulta difícil equivocarse (y aún así hay quien mete la pata). 

Empezamos por la reina, Silvia de Suecia. 
Pero por favor, qué mal. Iba de pena. Eligió un abriguito en dos tonos de azul: un celeste y otro tono aún más celeste, que llevaba sobre un vestido con franjas anchas en los dos azules. Lo conjuntó con un tocado espantoso del mismo color, y salones y clutch en nude. 









Magdalena, que es espectacular, guapísima y tiene una sonrisa preciosa, iba de Valentino. Pero, vamos que no habría otro modelito más feo que el que eligió. Nada favorecedor, nada estiloso y mucho menos juvenil. Porque ella es guapa, que si no... En tonos dorados salpicado en azules, verdes y marsalas, de manga larga, con falda de vuelo y escote a la caja; sin ninguna gracia. Para rematar, la princesa se colocó un floripondio bien grande en la cabeza.




La princesa Victoria eligió un vestido premamá de manga corta y con bolsillitos a los lados, de color añil, con un casquete y una cartera de mano a juego. Ni fu ni fa. Podría haber ido peor, eso está claro, y ¡¡¡20 millones de veces mejor!!! 
Y ¿qué me dices de la niñita? la princesa Estelle, que es una monada, tan rubita y tan simpática. Iba enterita de blanco, sólo le faltaban las alas para parecer un angelito. ¿Sabes lo malo? que el tono de blanco varía en los diferentes tejidos y si están juntos puede parecer sucio, muy usado, viejo, o que simplemente quien la ha vestido no distingue los tonos.
Con lo mona que habría estado con algún detalle de color. Sí, sí, claro, celeste o rosa. No vayan a innovar a estas alturas. 
Fíjate cómo llevaba la pobre niña los leotardos: ¡¡¡se le enrollaban en los tobillos!!! Criaturita. 


La nueva adquisión de la famila: Sofía, iba con un vestido de falda de vuelo, con la parte superior ajustada y cerrado con una austera lazada en el cuello. Para la cabeza, un lazo rosa enredado con una redecilla.

Poquísimo estilo tienen todas estas mujeres: no saben llevar tocados, ni vestidos con gracia, y mucho menos saben elegirlos. Son guapas sí, pero nada estilosas.  






La princesita Leonore, la hermana de Nicolás, dio la nota. No paró de moverse, de gatear, de bailar... ¡y es tan mona! 
Pero llevaba el horror de los horrores: ¡¡¡los calcetines blancos con zapatito negro!!!, pero por favor qué espanto. 

Si la niñita llevaba un vestidito de nido de abeja gris, ¿por qué no le pusieron los calcetines grises? pero ¿por qué?, ¿por qué? 


Y ¡¡¡¡una diadema!!!!, horripilante con un gran lazo. Se le caía y estuvo despeinada toda la ceremonia. 
Pero hay más: el vestido no le encajaba bien y se le veía la camiseta interior. ¡¡¡Qué chapuza!!! 
Es lo que tiene: que cuando crece la familia, no se puede estar en todos los detalles, ¿verdad, Magdalena?

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