lunes, 2 de octubre de 2017

‘La casa entre los cactus’, ‘Mujercitas’ con suspense

Años 60. Desierto de Baja California. Una familia encantadora. Cinco hermanas. Un desconocido. Y un gran secreto. Los ingredientes del thriller psicológico de Paul Pen.


A pesar de su nombre y de trasladar su historia a pleno desierto mexicano, Paul Pen es un autor madrileño cuya primera novela, El aviso, se llevó el aplauso de la crítica. 

La casa entre los cactus comienza muy suave; parece una nueva versión de Mujercitas. El autor presenta a las cinco hijas de un matrimonio ejemplar, y se detiene en cada una para profundizar en su perfil. 
Una familia maravillosa: los padres se adoran y lo darían todo por sus niñas. No necesitan a nadie más: viven alejados de la sociedad, sin salir ni recibir visitas. 
Entre los cactus, las rocas, la tierra rojiza del desierto y con un sol abrasador, las niñas viven rodeadas de alacranes y coyotes, esperan el momento de que alguien llegue ante la puerta de su casa, o de crecer para ir al pueblo. 
Y llega. 
En ese el momento La casa entre los cactus se llena de suspense, de miedo, de inquietud. 
¿Qué pasa?, ¿qué esconden?, ¿qué hay detrás de tanto amor y tan empalagoso?

Como buen thriller psicológico, Paul Pen descubre el funcionamiento de la mente de los padres; ahonda en los mecanismos de sus cerebros para desvelar sus estados emocionales y hasta dónde llega su desequilibrio. Viven convencidos de que el resto de los mortales son malos y por eso se merecen todos los infortunios que les acontece. Ambos han cambiado la realidad a su antojo y son capaces de cualquier cosa para defenderla. 

Léela y me cuentas. Una novela imprevisible.

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