El pasado 8 de octubre casi un millón de personas salió a la calle en Barcelona para defender Cataluña dentro de España, nada de independencia ni de separatismo. Y Mario Vargas Llosa fue el encargado de cerrar la marcha con un discurso cargado de razón.
¿Te imaginas a Isabel Preysler en plena manifa a favor de España? ¿Con el calor que hacía, en pleno corazón de Barcelona y rodeada de gente de todo tipo, pero eso sí, pro españoles?
Pues no, claro que no te la imaginas, ¿para qué iba a asistir ella?: ¿para robarle el protagonismo a su novio y al resto de personalidades? Seguro que estaba en casa conectada a la actualidad y orgullosísima del don de lenguas de su novio.
Porque Mario estuvo estupendo, como siempre que le dejan hablar. Daba gusto escuchar su discurso sobre democracia y patriotismo, haciendo una defensa de la Constitución y repasando un pelín la historia. Con ese acento cantarín, su melena tocada por el viento, sin corbata, con chaqueta, y sonriente y agradecido cada vez que le aplaudían. Escoltado por José Borrell, Alberto Rivera, Javier García Albiol y Carlos Jiménez Villarejo.
Convocados por Sociedad Civil Catalana (SCC) para reclamar la unidad de España, muchísimos ciudadanos se dieron cita a las 12.00 horas en la plaza Urquinaona, para comenzar la marcha que les haría pasar por la Vía Laietana hasta terminar, dos horas después, en Marqués de Argentera.
Fue entonces cuando la mayoría silenciosa prestó su voz a José Borrell, Carlos Jiménez Villarejo y a Mario Vargas Llosa, quien cerró el acto.
Durante la marcha el premio Nobel estuvo acompañado por políticos de casi todos los signos: Dolores Montserrat, Cristina Cifuentes, Andrea Levy, Pablo Casado, Cayetana Álvarez de Toledo, y Miguel Iceta, Salvador Illa, Celestino Corbacho, e Inés arrimadas y Begoña Villacís, entre muchísimos más.
El escritor peruano, que tiene la nacionalidad española desde marzo de 1993, aseguró que el nacionalismo "ha llenado la historia de Europa, del mundo y de España de guerra, sangre y cadáveres”.
“Aquí hay miles de hombres y mujeres venidos de todos los rincones de España, incluso del Perú, a decirles a los catalanes que no están solos, que estamos con ellos, que vamos a dar juntos la batalla por la libertad”. De hecho, se fletaron autobuses desde Madrid, y otros puntos de España para acudir a la marcha.
Y concluyó con esta afirmación: “Somos ciudadanos pacíficos que creemos en la coexistencia, en la libertad, vamos a demostrarles a esos independentistas minoritarios que España es ya un país moderno, que ha hecho suya la libertad y no va renunciar ante una conjura independentista que quiere convertirlo en país tercermundista. ¡Viva la libertad, visca Cataluña y viva España!”.
¡¡Genial, Mario,!! ¡¡muchas gracias!!
Ahora sólo nos resta saber cómo continuará la aventura independentista (o golpista, como dicen otros).
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