lunes, 30 de octubre de 2017

‘El color del silencio’


Una pintora de 70 años, súper moderna, de mente abierta y liberal, sin apenas compromisos ni ataduras, decide investigar sobre sus padres y su hermana fallecidos, así como estrechar los lazos con su hijo y su nieta. Sus descubrimientos serán un choque  brutal con la realidad. 



Nunca es tarde para encontrar el amor en la vida ni para descubrir las verdades sobre la familia, ni mucho menos para darte una oportunidad y reconducir las relaciones con tu descendencia. Cualquier edad es buena para reconocer tus debilidades, intentar mejorar y asumir algunos errores. Este es para mí el resumen de El color del silencio. 


La novela de Elia Barceló cuenta la historia de una brillantísima pintora española de fama mundial, que vive en Adelaida (Australia). Sus cuadros son muy valorados, y en todos hay un ingrediente común: una sombra. Esa sombra no deja vivir tranquila a Helena desde su adolescencia y será ahora, en un viaje a Madrid, cuando surja la oportunidad de descubrir de dónde vienen esos fantasmas. Quién es ella, quiénes eran sus padres y su hermana; las mentiras de su vida. 

El libro está lleno de flashbacks, retrocesos en tiempo y en el espacio: Hoy, entre Madrid, Rabat y Sidney; los años 30, antes y durante la Guerra Civil española, entre España y Marruecos; y los años 60 con la llegada del hombre a la luna y el movimiento hippie, en Marruecos.
Muy bien contado, y perfectamente hilado: los saltos en el tiempo, la alternancia de tramas y de escenarios se solucionan de maravilla; no molestan, sino que dan ritmo a la novela. Con descripciones estupendas y pocos epítetos, personajes muy bien perfilados y una historia creíble.  

La novela toca temas candentes: los bebés robados, la muerte prematura de los hijos, la infidelidad, el adulterio, el amor, y las relaciones de pareja, entre padres e hijos, nietos y abuelos; las familias patchwork; el franquismo, la inteligencia militar, el espionaje político y la guerra. El movimiento hippie, la llegada del hombre a la luna. La fama mundial, el arte, la pintura, la alta costura, la trama inmobiliaria, la ingeniaría financiera. El dolor, la pérdida de un ser querido, la muerte, la enfermedad, la amistad.

Y todo, con una protagonista un tanto especial. Una pintora de 70 años, modernísima, liberal y tan independiente que no quiere ataduras ni con hijos ni con nietos. Seca, nada cariñosa, más bien ruda, cero sentimental y cero emotiva. Una protagonista que no se hace querer, pero que la entiendes y te acaba gustando. 
Un libro recomendable. 

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