He visto a Blanca Thyssen en HOLA contando la nueva buena de su cuarto embarazo. Y así, al pasar la página, mi primera impresión era que se trataba de Carles Puyol el futbolista. Afortunadamente, Borja posaba junto a ella, lo que me sacó del error.
¡Qué mal! Por favor, que me perdonen los dos. Pero, ¿se parecen o no?
Si Blanca se pusiera la rayita al lado y se apartara el pelo de la cara, seguro que no se parecerían tanto. Y eso que yo no tengo nada contra el pelo rizado, porque yo también tengo rulos, como dice mi hijo.
Ahí no acaba todo. Sigo repasando la revista y sigo confundiendo a unos con otros. Alain Delon con Felipe González. Pobre Alain Delon. Pero es que tienen un aire ¿o no?
Y sigo, sigo confundiendo rostros de famosos a la par que paso páginas: a una reina la confundo con una pastorcilla. Por favor, tendré que irme derecha al oftalmólogo. ¡Qué horror!
Sin embargo, al ver a tres bellas royalties de sangre plebeya, como Letizia, Kate y Maxima, algo me chirría, y me pregunto ¿por qué nuestra futura reina de España es tan diferente a las royalties europeas? Mirad las fotos y pensad. A ver si encontrais la diferencia.
Para mí que es la sonrisa. Máxima y Kate ríen con naturalidad. En cambio nuestra Alteza Real no sonríe con alegría ni espontaneidad. Será falta de entrenamiento ¿o de qué? ¡Pobre!
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