lunes, 4 de mayo de 2015

'La templanza', ni tanto ni tan calvo

No es El tiempo entre costuras, desgraciadamente, ni por fortuna Misión olvido. El nuevo libro de María Dueñas arranca en México, te lleva a La Habana y termina en Jerez de la Frontera. Es entretenido, se deja leer.  









En este caso el protagonista es un hombre; un indiano que hizo fortuna en México, pero que por caprichos del destino regresa a España. Allí, además de reencontrar el amor, descubrirá la manera de rehacer su vida y su fortuna. 


La templanza es una historia amable, en la que no se sufre demasiado y, aunque puede resultar previsible, se lee bien. María Dueñas nos lleva al siglo XIX y aprovecha la novela para hablar de vino, y su elaboración. Describe Jerez, y sus bodegas, así como los lupanares de La Habana, la alta clase de México capital. Retrata las costumbres, la forma de vida de las colonias españolas, y la diferencia con la España en aquella época. 
La protagonista femenina va demasiado de heroína, me resulta poco creíble. Pero el resultado final gusta; está bien. 

El tiempo entre costuras fue uno. Con una buena crítica (hasta Fernando Sánchez Dragó dijo que era una "novela adictiva y arrolladora"), muy bien vendida y llevada a la pequeña pantalla, la novela le dio a María Dueñas un éxito total. Una historia, creíble o no, que gusta y gustó, con la que sufres y te enamoras, suspiras y disfrutas. Madrid, Tánger, Tetuán, Lisboa... 







Misión olvido, sin embargo, no fue tan buena. Echas de menos la acción que tiene la anterior, así como la pasión. Además, su historia no es tan buena ni está tan bien contada, ni atrae tanto como la de su predecesora. Por mucho que la protagonista viaje a la Universidad de California, en busca de información sobre un hispanista exiliado y allí se enamore, no remata.  



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