miércoles, 29 de noviembre de 2017

Las lágrimas de Cayetano Martínez de Irujo

Hasta a mí me da pena. ¡¡¡Criaturita!!!, no pudo contener más las lágrimas y las dejó correr. Sólo de verlo se te rompe el corazón. 






¿Cómo se puede sufrir tanto? ¿Cómo se puede reflejar tanta emoción, dolor y pena en una imagen? El pobre Cayetano todavía llora cuando se acuerda de su madre. Da ternura verle esos pucheritos. Tanta, que casi me arranco como una magdalena. 

Esta cara refleja muchas cosas: que recibió una educación estupenda, gracias a la cual no le importa llorar en público, por muy machote que sea; que Cayetano es un hombre sensible, sentimental y de lágrima fácil; que estaba muy apegado a su madre y que aún la recuerda con dolor; que por muy Grande de España, conde de Salvatierra y duque de Arjona que sea, no lo ha superado y no puede, a sus 54 años, contener la emoción. No puede.

Todo esto ocurrió el 20-N, cuando se cumplieron tres años de la muerte de la duquesa. Se inauguró un monumento en su memoria en la iglesia sevillana del Valle, donde se encuentra la hermandad del Cristo de los Gitanos, y donde reposa una parte de sus restos mortales.
Al homenaje acudieron el duque de Alba y su hijo Carlos, el viudo de la duquesa, y Fernando y Cayetano Martínez de Irujo.  También estaba la novia de Cayetano, Bárbara Mirjan. 

Y ella sí que tenía que estar llorando a moco tendido: hay unas fotos por internet en las que se ve a Cayetano con una chica joven paseando por la noche madrileña, y en una se la ve a ella agarrada al cuello del conde. Cuentan que luego se les ve juntos en un coche. Tela. 

Y mientras, Eugenia en Las Vegas se ha casado con su novio Narcís. Ella iba de Marylin y él, de Elvis. Di que sí, Eugenia, tú sí que sabes. 


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