Los reyes de Asturias

Dicen que está mucho más simpática y cercana. Que aquello que ocurrió en Palma fue un punto de inflexión; desde entonces parece que ha cambiado. Sí, la reina se ríe y sonríe más. 

Cuentan que este fin de semana ha roto moldes. Primero, en la entrega de los premios Princesa de Asturias, donde Letizia se mostró exultante, enfundada en otro modelazo de Varela, con un peinado de esos pelín raros que a veces se hace. 

Y el sábado, en la visita a Moal, el Pueblo Ejemplar de Asturias 2018, los reyes se mostraron relajados y muy integrados; al menos eso parece en las fotos que la Casa Real ha publicado en Twitter. 

Leti lo pasó bomba: venga de sonreír, charlar y hacerse fotos, desenvainó unas fabes con las lugareñas e incluso se bajó de los tacones. 

A nuestra reina lo que le gusta es la tierrina, que de allí son sus raíces y se siente como una más. 

El que sí es encantador es él. A Felipe VI le sale de dentro: es educado, simpático y sabe estar. Sabe cuándo hay que decir un chascarrillo, cuándo hay que mezclarse con los lugareños, o cuándo hay que mostrarse más solemne... a ver, es que lo lleva en la sangre

En Moal hasta lanzó el bolo vaquerio, se acercó a unos y a otras y estuvo como siempre: estupendo. 

Lo que más gustó fue su espontaneidad. Antes del discurso los presentes pronunciaron vivas al rey y a la reina. Así que Felipe VI, al comenzar sus palabras también se arrancó con un "¡Viva Moal!". El acabose.