martes, 9 de octubre de 2018

Sofía Palazuelo, menos es más

Muy mona, súper discreta, quizá excesivamente. Sofía Palazuelo se casó con el hijo del duque de Alba, el duque de Huéscar, el pasado sábado en el palacio de Liria. Iba súper elegante, con un modelo muy sencillo y pocas joyas, como se pudo ver en el especial de ¡HOLA!




Ni un encaje, nada de tules, ni transparencias, perlas o cristales cosidos a mano. Llevaba un vestido ideal, que le quedaba de maravilla, con escote en pico, manga corta y silueta A. 
De los hombros caía una capa larguísima, desmontable, que hacía las veces de cola y se abotonaba por detrás, diseño de su tía Teresa Palazuelo. 


Tampoco quiso llevar velo ni mantilla, ni una coronita, tiara o diadema. Fue una novia actual, muy favorecida, sencilla y súper elegante. 

Nada que ver con las novias tipo princesas, y mucho menos con la novias en plan sexy, con escotazo, espalda desnuda, hombros al aire, o raja en la falda. O esas que llevan la melena al viento y adornos a mogollón. Todo lo contrario, es la nueva versión de novia: minimalista y súper elegante. O sea, menos es más. 
Iba estupenda, con los pendientes de brillantes de la pedida y un brazalete que perteneció a su bisabuela, con brillantes y un gran zafiro. Peinada con un moño bajo, y un tocado de plumas blancas alrededor . 
Eso sí, un pedazo ramo de rosas blancas, paniculata y hojas verdes. 
El duque de Huéscar, Fernando Fitz-James Stuart, vestía el uniforme de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Impresionante. 
Los dos, divinos. 


Lorenzo Caprile estuvo presente en el modelo de la madrina y madre del novio, Matilde Solís, de azul marino, con un aderezo de zafiros y mantilla. 
Eugenia Martínez de Irujo también iba de Caprile, de rojo y con un tocado de lo más original.

En resumen: muchísimas invitadas ideales. Se vio mucho azul, muchos vestidos, poco pantalón, poca mini, mucho midi, y muchos pendientes preciosos y llamativos. 

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