Para vulgar, Cristina Pedroche

Si hay una chica ordinaria, esa es Cristina Pedroche. De vergüenza ajena, la verdad. Es chabacana, gritona y egocéntrica. 

Y resultona. Pero ordinaria, un rato. Y no solo por su estilo, sino porque cada vez que aparece en televisión gritando, sobreactuando, hablando a voces y riendo con la boca abierta dan ganas de apagar el televisor y no volver a encenderlo en la vida, por si volviera a aparecer en cualquier momento. 

Ayer por la noche se la vio en El hormiguero, de Antena 3 y fue lamentable. Subida en un paritorio giratorio, simulaba que iba a dar a luz y que el bebé saldría disparado. Eso sí, vestida de lentejuelas y con tacones.

Fue patético verla gritar como una loca, diciendo tacos y tumbada con las piernas abiertas, despotricando a voces. Como si las mujeres parieran así. 

Vergonzante, ni simpática, ni espontánea ni nada de eso. Hizo una parodia de un parto y parecía burlarse de todas las madres del mundo. 

Incomprensible que las ultrafeministas, con lo que son, que están a la caza y captura, hayan pasado por alto semejante aberración y disparate. 

Y encima, antes de hacer el ridículo dijo que todo el mundo está deseando que se quede embarazada. Pero ¿sabe lo que dice?

Mucho presumes de ser de Vallecas, Cristina, y me parece genial, pero flaco favor haces a las mujeres en general y en particular a las de tu barrio, que no son todas así, ni mucho menos. 

Luego, eso sí, no te pierdes un sarao de lo más glam: recientemente te dejaste fotografiar en la Semana de la moda de Milán vestida por Andrés Acosta y con joyas de Chopard. 

O sea, ni pies ni cabeza.