Cuánto daño hacen los sinvergüenzas

Nos hemos volcado con Cáritas, con las parroquias, con las familias que peor lo están pasando, con la gente que acude a comedores sociales porque no les llega. Nos hemos volcado tirando del carro. 

Pero ya no nos sube la moral ni Rajoy, por mucho que diga que España está creciendo. Ni los nuevos, como Pablo Iglesias y Pedro Sánchez (a los que les vuelve locos la tele).

No nos la sube nadie, porque los que se comprometieron a trabajar por y para España son unos sinvergüenzas. 

Los sinvergüenzas de Bankia

Con la cantidad de jubilados, y no jubilados, que se quedaron sin sus ahorros gracias al engaño de las preferentes de Bankia, ahora nos 

enteramos de que un grupo de sinvergüenzas (desde Blesa, hasta Rafael Spottorno, pasando por Rato, Arturo Fernández, y por militantes de Izquierda Unida, del PSOE, del PP, de UGT y CCOO) 46 personas sin escrúpulos se gastaron más de un millón de euros en compras, comidas, hoteles, ropas, viajes... Con las famosas tarjetas negras de Bankia. 

Y lo que es peor: ¡cinco meses antes de que se produjera el rescate del banco! Qué poca vergüenza.

Los sinvergüenzas de los Pujol

Y a eso súmale lo de Jordi Pujol y familia, que pasan de pagar impuestos y se llevan sus ahorros a paraísos fiscales durante 34 años. Pero, eso sí, ellos utilizan las autopistas, los bancos de la calle, la luz de las farolas, los aeropuertos... y todo lo que pagamos el resto de los mortales con nuestros impuestos. 

El resto de sinvergüenzas

Y a eso súmale lo de Urdangarín, los ERE de Andalucía, la falsedad en los documentos oficiales para obtener más subvenciones y ayudas y metérselas en el bolsillo. Los edificios públicos que se comenzaron a construir y luego se quedaron en un proyecto a medias. 

Y suma los gastos de coches oficiales, consejeros y asesores del gobierno central, así como de las comunidades autónomas, de los ayuntamientos, de las universidades...

Y súmale las comidas, fiestas, compras, regalos, dietas, viajes en business, hoteles... de senadores, diputados, concejales, alcaldes, ministros, asesores, secretarios, banqueros, amigos, hijos, tíos, primos, sobrinos... 

Y súmale todo lo que se han llevado los que han ido pasando por los altos cargos y todo lo que no han pagado a Hacienda. Y súmale los delitos de tráfico de influencias, los delitos fiscales, de malversación de fondos, de prevaricación, de falsedad, de blanqueo de capitales...

Y a todo eso resta las subidas impuestos, cuando te embargaron la cuenta por no pagar multas, o la multa con recargos por confundirte en la declaración del IRPF, y la subida de la luz, de la gasolina, del cigarrito de después de comer... y las veces que los de arriba te dicen que hay que ser solidario y empujar el carro.

Y piensa si con este panorama se puede recuperar un país. Y sigue pensando: ¿cómo estaríamos ahora mismo si esto no hubiera pasado? Eso, ¿cómo estaríamos si en lugar de sinvergüenzas los altos cargos los ocupara la gente honrada?