No se puede más

Disculpas, dice. Que quiere pedir disculpas a estas alturas. Eso fue lo que dijo Rajoy el martes en el Senado, cuando estalló el nuevo escándalo, que no será el último.

Parece que no se ha puesto al día, que no sabe hasta dónde estamos de los políticos. No tiene ni idea de la situación de los españoles, no ha leído el VII Informe sobre exclusión y desarrollo social en España 2014, de Cáritas. 

El informe revela que en España (el país que él gobierna, junto con sus acólitos sinvergüenzas) hay 12 millones de pobres. Y de ellos, cinco en exclusión severa. Es decir, que sólo uno de cada tres ciudadanos tiene sus necesidades básicas cubiertas, según el informe. 

Pues se hizo público ayer, señor Rajoy, y lo podría haber leído. Más que nada para estar al día.

Porque más allá de los chanchulleros, de las cuentas en Suiza, de las tarjetas opacas, más allá de los ERE, de los fusiles regalados, de los ayuntamientos corruptos, de las acciones fraudulentas, de los políticos que se forran a base de no pagar, malversar, prevaricar y engañar, hay familias que no llegan. 

Y todavía pide disculpas. No, señor Rajoy, no pida disculpas: pase a la acción de una vez, y que lo veamos. Pero ya, no dentro de meses y meses. Ya. 

Que devuelvan lo que se han llevado, y con intereses, como hacen con el resto de los españoles. Después, que den con sus carnes en la cárcel. 

Limpiar. Eso es: limpiar a los corruptos, regenerarse, devolver, y luego dejar paso a otros, si los hay. A otros que sean honestos, que dejen el yo te doy para que tú me des. Que eso no lo hacemos ni en el súper. 

Y donde digo PP, digo PSOE e IU. Y si digo Francisco Granados, me da igual decir Manuel Chaves, Rodrigo Rato, Ángel Acebes, Xavier Trías, Jordi Pujol, Arturo Fernández, Luis Bárcenas o Francisco Camps... y así hasta cientos. 

Y si digo los alcaldes que cobran comisiones a cambio de adjudicaciones, también digo las universidades que inflan las horas de los profesores para llevarse más subvenciones, o las empresas que se llevan ayudas fraudulentas del estado. Y digo los que dan el soplo, y digo a Urdangarín, que no nos olvidamos. ¿Sigo, señor Rajoy? Porque he dejado  muchos en el tintero.  

Lo tienen facilísimo: con la misma energía y empeño con que se tapan unos a otros y suben los impuestos, que saneen los altos cargos y recuperen lo que es de España. Así de fácil. 

Si lo hicieran, seguro que protagonizaríamos otro informe. Seguro.